«Todas la enfermedades empiezan en el intestino» Hipócrates
El intestino es la mayor superficie en contacto entre el interior y el exterior.
El intestino contiene una población de microbios cifrada en unos 100 billones, que incluye como mínimo 1000 especies diferentes. Es los que conocemos como microbiota intestinal, antes llamada microflora intestinal.
Su importancia radica en que cumple funciones fisiológicas en nuestro organismo con un impacto directo sobre la salud:
- Ayuda en la función digestiva.
- Contribuye a la producción de algunas vitaminas (B y K).
- Ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos
- Desempeña un papel importante en el sistema inmune, actuando como efecto barrera
- Actividad metabólica
Aunque la microbiota intestinal puede adaptarse a los cambios, en algunas situaciones puede aparecer una alteración en su composición, es lo que conocemos como disbiosis intestinal, la cual puede estar relacionada con problemas de salud tales como alergias, obesidad, diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, problemas digestivos, entre otros.
Los prebióticos y los probióticos, han demostrado su papel beneficioso sobre la microbiota intestinal. Los prebióticos actúan como «alimento» de algunas bacterias buenas, mientras que los probióticos ayudan en su equilibrio e integridad.
CANDIDIASIS
La candidiasis es una infección causada por una levadura de la familia de las Cándidas de las que existen unas 150 especies diferentes siendo la mas común, la Cándida Albicans.
Estas levaduras están presentes en nosotros poco después de nacer y viven en armonía en nuestro organismo formando parte de la microbiota intestinal. Las podemos encontrar en la piel, aparato digestivo y genitourinario. Entre sus funciones destacan la absorción de carbohidratos, la absorción de metales pesados y junto con las bacterias mantienen la estabilidad intestinal y el pH.
La flora, tanto intestinal como vaginal, y el sistema inmunitario nos ayudan a mantener las levaduras bajo control.
Los factores que contribuyen al sobrecrecimiento de estas levaduras y por consiguiente producir alteraciones en la salud son:
- El consumo excesivo de azúcares refinados, ya que son su principal alimento
- El uso de antibióticos, corticoides y hormonas sintéticas. Los antibióticos destruyen la flora intestinal pero no las cándidas. La cortisona deprime el sistema inmunitario y las hormonas sintéticas destruyen nutrientes como la vitamina B6
- La disminución de las secreciones digestivas genera sustancias que irritan la mucosa intestinal favoreciendo el desequilibrio de la flora intestinal
- El estrés continuo produce un aumento del cortisol en sangre, lo que deprime el sistema inmunitario
Un hecho clave y que suele ser ignorado a la hora de diagnosticar y tratar la candidiasis, es que su origen suele ser intestinal aunque se manifieste en otra parte del organismo, uñas o vaginal.
Cuando la candidiasis prolifera en el intestino, puede cambiar su estructura pasando de ser levadura a convertirse en micelio siendo esta estructura altamente invasiva por lo que penetra en la mucosa intestinal, a su vez esto origina un aumento de la permeabilidad intestinal lo que deja paso a la sangre de sustancias nocivas. Además, esta estructura de micelio fungal puede producir sustancias tóxicas que dan lugar a numerosos síntomas. Entre ellos destacaremos:
- Formación de sustancias vasoactivas como la adrenalina, pudiendo desencadenar síntomas como miedo, pánico, nerviosismo, taquicardias, …
- Producción de histamina, responsable de inflamación
- Destrucción de vitamina B6
- Reacción con la dopamina que puede ocasionar depresión, insomnio
- Interferencia con la acetilcolina produciendo alteraciones de la memoria
Entre los síntomas que pueden estar relacionados con una Candidiasis Crónica, destacamos:
- Cansancio
- Cefaleas
- Problemas digestivos: distensión abdominal, hambre, apetencia por dulces, estreñimiento, …
- Alteración del estado anímico
- Malestar general
- Dolores articulares y musculares
- Alergias
- Afonía
- Rinitis
Y las enfermedades relacionadas, entre otras:
- Intestino irritable
- Asma
- Enfermedades cutáneas: psoriasis, eczemas
- Síndrome de fatiga crónica
- Alergias
- Fibromialgia
El diagnóstico se realiza en base a un análisis de heces en el que se analizan las diferentes poblaciones de bacterias y la población de cándidas.
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